En el mundo de la joyería fina, dos metales reinan por encima de todos: el oro y el platino. Ambos han sido protagonistas de coronas, piezas reales, anillos de compromiso y argollas de matrimonio. Su prestigio es indiscutible, pero no son iguales.
Cada metal tiene propiedades que influyen en su estética, durabilidad, valor y mantenimiento. Mientras el oro fascina por su versatilidad y colores, el platino destaca por su rareza, peso y blancura natural.
Conocer sus diferencias es clave para elegir con confianza la base de una joya que se convertirá en parte de tu legado.
¿Qué es el platino y qué es el oro?
Platino: lujo raro y duradero
El platino es uno de los metales más escasos de la Tierra. Su color blanco natural no se desgasta ni se oxida, lo que lo hace ideal para destacar diamantes y gemas incoloras.
Se caracteriza por su alta pureza en joyería (95%), su peso notable y su condición hipoalergénica. Además, al rayarse no pierde volumen, sino que el metal se desplaza.
Históricamente, alcanzó gran popularidad en el Art Déco, cuando joyeros europeos lo usaron en monturas de diamantes de gran valor.
Oro: tradición y versatilidad
El oro ha sido símbolo de riqueza y poder desde las primeras civilizaciones. En joyería, rara vez se usa en estado puro (24K) porque es demasiado blando.
Se mezcla con otros metales para lograr diferentes colores:
-
Amarillo, clásico y cálido.
-
Blanco, con paladio o níquel y un baño de rodio.
-
Rosa, con más cobre, romántico y moderno.
El más común en joyería fina es el oro de 18K, que combina belleza y resistencia.
Durabilidad y uso diario
El platino es más denso y resistente. Con los años desarrolla una pátina elegante que muchos consideran distintiva. Es perfecto para piezas de uso constante como anillos y argollas.
El oro 18K también es duradero, pero puede rayarse con más facilidad. El oro blanco, en particular, necesita rechapados de rodio para mantener su tono brillante.
Valor y rareza
El platino es más exclusivo: se extrae en menor cantidad y se necesita más metal para fabricar cada pieza. Por eso su precio es más alto.
El oro, aunque más accesible, mantiene un valor cultural y simbólico fuerte. Es más común en diseños personalizados y permite jugar con distintos tonos.
En Konsens, te orientamos para encontrar el balance entre presupuesto, diseño y estilo de vida, ya sea en oro de 18K o en platino de alta pureza.
Estética y estilo en joyería
-
El platino resalta la claridad de diamantes y gemas incoloras.
-
El oro blanco logra un efecto similar, pero puede amarillear.
-
El oro amarillo transmite tradición y elegancia cálida.
-
El oro rosa es tendencia por su tono moderno y romántico.
Cada metal aporta una personalidad distinta, y la elección depende de la identidad que quieras proyectar.
¿Qué elegir según la joya?
-
Anillos de compromiso y argollas: platino, por su resistencia.
-
Collares, dijes y aros: oro 18K, por su versatilidad de color.
-
Diseños personalizados: oro blanco o rosa, por su modernidad.
Preguntas frecuentes
¿El platino necesita mantenimiento?
Muy poco. Basta con pulirlo si deseas devolverle su brillo original.
¿El oro blanco siempre requiere rodio?
Sí. El baño de rodio se recomienda cada 1–2 años para conservar el blanco intenso.
¿Cuál conserva mejor su valor?
Ambos. Aunque el platino, por su rareza, suele mantener un valor intrínseco más alto.
Conclusión: tradición o exclusividad
Elegir entre platino y oro es decidir entre la sobriedad exclusiva de un metal raro y la calidez versátil de un clásico eterno. Ambos son opciones nobles que se transforman en herencia familiar.
En Konsens, te acompañamos con atención personalizada, garantía de por vida y diseños que reflejan tu estilo único.
Showroom: Balmoral 309, Oficina 407, Las Condes, Región Metropolitana
Horario: Lunes a Viernes 10:00 a 19:30 hrs. | Sábados 10:00 a 18:00 hrs.
Deje un comentario